El pasado mes de noviembre del año en curso, se lanzó la 5ta entrega de la aclamada revista “Gente de Derecho”. Esta publicación contó con la participación de destacados operadores del derecho, entre los que se encontraba la Dra. Deborah Huczek, abogada especialista en Derecho Penal.
En esta oportunidad, la Dra. Huczek participó con su artículo “Promesas de Campaña Incumplidas”, donde hace un planteamiento sobre las falsas promesas de los candidatos en las campañas políticas de la Argentina y sobre la ausencia de un marco legal que puedan poner orden a esto: “Estos candidatos nos conquistan con frases literales o su equivalente del tipo: “Vamos a bajar la pobreza, a combatir la inseguridad, a terminar con el desempleo (…)”. Muy pocos suelen tomarse un en serio esas necesidades del electorado”. (p. 19)
Dicho lo anterior, la abogada expone que es moneda corriente que cada cuatro años los políticos —aprovechándose de la ilusión de cambio del electorado— manchen sus discursos con falsedades piadosas y saturen a sus votantes con la expectativa de una salvación. Asimismo, denuncia la inexistencia de un castigo a estos malabares políticos con la ciudadanía:
“En un país como el nuestro donde NO existen condenas por el delito de falso testimonio, ni de falsa denuncia, tampoco por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público que, en rigor de verdad, tiene una pena tan escasa (1 mes a 2 años de prisión) que alienta su transgresión teniendo en cuenta los beneficios que el funcionario puede obtener a cambio de ello. Considero que una manera de desalentar la comisión tales prácticas podría ser modificar el Código Penal y establecer penas más graves y serias para quienes atenten contra los bienes jurídicos establecidos en dichas normas (fe pública, debida administración pública y de justicia, entre otros). De lo contrario, y tal como viene sucediendo, estamos fomentando que nuestro sistema político y de justicia no sea tomado en serio ni por ellos ni por la mayoría de los ciudadanos. Haciendo de ambos una verdadera farsa, un oxímoron”. (p. 21)
Asimismo, exhorta a realizar una modificación de la ley que le permita a la sociedad demandar a quienes se postulen a elecciones o aspiren a hacer vida política en el país, que desempeñen un papel más ético y serio, tal como deberían funcionar los cargos al servicio de la ciudadanía: : “ … Respondiendo a la primera cuestión, considero que se podría modificar el Código Nacional Electoral y las leyes que rigen la materia, exigiéndole a los candidatos (…) presenten su plan de gobierno (…) que sea auditado tal vez
por la Junta electoral”. (p. 20)
Citamos otro fragmento de la nota:
“A esta altura, pruebas a la vista, considero que no resulta suficiente respuesta el hecho de ampararse en este juego democrático basado pura y exclusivamente en la alternancia ya que hemos visto que muchos son los fanáticos que votan a candidatos cuya palabra vale poco y nada. También soy consciente de que el Derecho Penal es de última ratio y que además pueden existir muchos factores que podrían influir negativamente o entorpecer el cumplimiento de esos planes de gobierno. Sin embargo, creo que ha llegado el momento de exigirle a nuestros candidatos que se tomen su rol con la seriedad que el cargo merece y amenazarlos con un castigo podría ser una solución a nuestro alcance”. (Déborah Huczek, p. 21)
Y la culmina con una frase determinante: “Qué la mano dura que tantos políticos reclaman, ahora recaiga sobre ellos. Podría ser una solución a esta crisis institucional”. (p. 21)
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