Consideraciones sobre el uso del lenguaje no-verbal en audiencia oral

En el siguiente artículo abordaremos algunas consideraciones entorno al lenguaje no-verbal y el uso que los litigantes debemos hacer de forma conciente sobre esta importante herramienta de la comunicación durante la audiencia oral. Te comparto en las siguientes líneas algunos consejos sobre los aspecto que consideron son más importante al momento de construir nuestro toda comunicación o discurso.

Cuando participamos en audiencias orales los litigantes nos exponemos de una manera distinta, diría casi desafiante. Durante la audiencia no disponemos del tiempo para buscar entre nuestros papeles cómo deberíamos responder frente a un determinado evento. Qué es lo que debe decir sobre la ley o cuál era el nombre del testigo que va a interrogar. Debemos tener presente que las audiencias se desenvuelven velozmente. Y esto no permite que el abogado tenga el tiempo suficiente para revisar qué es lo que el perito había dicho en instantes previos, por ejemplo. Por eso es importante que el litigante sepa manejar planificadamente cada detalle de su caso antes de presentarlo. 

A la vista de los jueces, de la contraparte, del público en general y del cliente, el litigante deberá demostrar que sabe del caso más que nadie. Esta sería una de las máximas a tener en cuenta. El litigante no puede presentarse a la audiencia a improvisar si verdaderamente quiere transmitir una buena impresión. Recordemos que el abogado debe transmitir confianza y seguridad. Esto es algo que se logra cuando se tiene un conocimiento profundo de lo que se está haciendo. Esta proyección de seguridad en sí mismo y de lo que se sabe no sólo deberá expresarse con palabras. También deberá coincidir con los gestos que utilice el litigante, los cuales deberán ser cuidadosamente seleccionados.

El cuerpo: parte fundamental para una comunicación efectiva

Debemos tener en cuenta que es el propio cuerpo quien habla por nosotros, aun si no dijéramos palabra alguna. Dicho esto les revelo un secreto: “el cuerpo dice lo que muchas veces queremos ocultar”. Por eso valga esta recomendación y recuerde estar atento siempre a este gran detalle al momento en que deba presentarse en una audiencia oral. Obsérvese y observe a su alrededor, aprenda a leer el mensaje que el cuerpo transmite.

Entonces, teniendo en cuenta todo lo que venimos exponiendo, no quedan dudas de que el litigante deberá hacer un excelente uso de su lenguaje corporal, porque todos lo estarán observando; él o ella serán el centro de atención, y deberá prepararse emocionalmente para esta provocadora situación. Llegó la hora de la verdad para todos los abogados participantes de una audiencia oral. Ya no podemos escudarnos detrás de pilas de papeles. En esta nueva ocasión será el litigante quien finalmente demuestre que ha sido el director de su caso. En lo siguiente quiero compartirle cuáles son los elementos claves de la comunicación no-verbal de los que habría que estar muy atento.

El lenguaje corporal

Para que el abogado transmita cierta seguridad y convicción deberá pararse frente al tribunal con su cuerpo erguido, la cabeza recta y el cuerpo derecho. Una postura firme con los hombros hacia atrás denotará confianza en sí mismo. Lo contrario sucede cuando nos paramos con los hombros caídos, la cabeza gacha o las manos en los bolsillos o llevando papeles desordenados.

Antes de comenzar a alegar, el litigante deberá esperar a que todos en la sala guarden silencio antes de hablar. Esto sería una buena estrategia para que sus palabras no pasen desapercibidas, por ello al inicio usted podría quedarse quieto y firme en una posición esperando a que esto suceda. Si usted se muestra inquieto conversando con su cliente o si se inclina buscando papeles, podría indicar que aún no está listo.

Por otra parte, si el litigante está sentado, no se ve bien que incline su cabeza o la recueste sobre su brazo, pues denota desinterés y falta de entusiasmo. Esta actitud o postura también podría considerarse una falta de respeto al Tribunal y al cliente. Piense: Si usted transmite aburrimiento frente a su caso qué puede esperarse de los demás.

La mirada

El abogado deberá observar a los miembros del Tribunal o al juez buscando detectar aquello que expresan en sus rostros cuando les habla del demandante o del demandado. Recuerde que la mirada convoca a la atención, por ello es importante saberla utilizar hábilmente durante la audiencia oral. En tal sentido, deberá hacer un paneo hacia cada uno de los jueces, pero no incisivamente, puesto que eso podría percibirse como una actitud algo intimidante. 

Recordemos que cuando exponemos oralmente en el alegato de clausura, por ejemplo, los jueces evitarán toda forma de interrupción, por lo tanto, es muy útil estar atento a lo que pasa para observar cuáles son los gestos que adoptan los miembros del tribunal. Esto nos permitirá adaptarnos en cuanto al ritmo; a veces es necesario relentizar para ser más efectivos, o acortar el tiempo de nuestra exposición, si percibimos que estamos aburriendo a la audiencia.

Por ejemplo, si vemos al juez mirar hacia su reloj, seguramente esto se debe a que nuestra presentación puede ser muy larga o poco concisa. Entonces debemos prestar atención a este dato del lenguaje corporal que veamos en el otro para readecuar nuestra exposición. Podemos aplicar esta estrategia para cuando llega el momento de decir algo importante y  recuperar esa atención que está decayendo. 

Entonces, recordemos siempre que debemos observar estos detalles y trabajar para detectar rápidamente las respuesta silenciosas que se desprenden de los gestos de su audiencia.

Me permito sugerirles que cuando en sus discurso menciona a su asistido, lo más persuasivo sería que encuentre la manera de dirigirse corporalmente hacia él de una manera amigable y cercana. Cuando se dirija al adversario, seguramente utilizando un tono de voz más grave y palabras más severas, su cuerpo también deberá manifestar ese controlado enojo con la situación que éste ha ocasionado o con actitud desplegada durante el juicio.

Otro consejo es que cuando estamos en el juicio, debemos saber controlar las expresiones de nuestro rostro. Puede resultar negativo a fines de su caso que sus gestos expresen disgusto, asco o sorpresa. Cualquier de estos gestos puede dejar en evidencia que su teoría del caso está recibiendo un golpe desestabilizador. En cuanto a nuestro aspecto físico, y aspirando a mantener un perfil profesional, lo ideal es que sea alineado y prolijo.

El uso de las manos

Tener en cuenta que las manos también comunican es fundamental, por ello es importante saber usarlas y controlar sus movimientos. Ligadas a la exposición que se hace oralmente podríamos mencionar que cuando el litigante muestra alguna o ambas palmas de sus manos, está manifestando o diciendo algo que para él resulta verdadero, o está tratando de que los jueces puedan apreciar el otro lado del asunto, la otra cara.

Colocarlas juntas al centro, en forma de ojiva, puede significar comunión entre el pensamiento que estoy expresando y lo que quiere la gente de la justicia. Hacer un pequeño giro con alguna de las manos, como si fuera una especie de abanico, convoca, invita a pensar, a reflexionar sobre lo que se propone.

Cerrar un puño o hacer un movimiento brusco es signo de enojo, de bronca. Usted podrá utilizar este gesto para expresar la impotencia que ha sentido la víctima de un hecho. En síntesis, recuerde que deberá mover las manos con un propósito, si las mueve sin sentido aparente, podría indicar descontrol o excesivo nerviosismo por falta de certeza en lo que expresa.

El tono de la voz

También debemos practicar cómo utilizar nuestra voz para sacarle el máximo provecho. Tener una buena dicción es fundamental para que las palabras lleguen claramente. Debemos evitar hablar demasiado ligero o lento. Hay que saber manejar el ritmo adecuado, el que deberá variar conforme a lo que vayamos expresando.

Generalmente al hablar en espacios grandes, es decir, frente al auditorio (tribunal), lo aconsejable es que se hable más fuerte para que sus palabras lleguen a todos los rincones. Incluso es muy útil saber utilizar micrófonos, el mal uso de este elemento puede distraernos, por eso es bueno practicar previamente.

La voz nos deja en evidencia respecto a nuestro estado emocional, nos delatará tanto si nos sentimos confiados o estamos temerosos. Debemos evitar tartamudear, porque transmite inseguridad. Si queremos enfatizar algo del relato lo aconsejable es, en primer lugar, hacer una pequeña pausa, para luego emitir esa frase importante.

Hacer un buen uso de la voz le permitirá crear cierto suspenso, ir llevando el relato hasta que utilice un tono razonablemente fuerte, cuando esté, por ejemplo, formulando un reclamo. En definitiva, está a cargo del abogado pintar el cuadro con los colores que cuidadosamente ha seleccionado.

Todo lo dicho de forma muy resumida sobre el lenguaje corporal debe ser considerado y tomado en cuenta por el litigante al momento de expresar sus objetivos durante una audiencia oral, y espero que en el futuro les sea de gran utilidad.

Por Deborah Huczek.