7 claves para llevar tu litigación a otro nivel

En este nuevo artículo haremos una síntesis de los pecados que generalmente suelen cometerse durante la litigación oral, es decir al litigar en un sistema basado en casos y que se presenta de manera oral.

Cada abogado vive sus propias experiencias y trabaja de la manera que le resulte más útil. Muchos estudian incansablemente pero no se animan a litigar de manera oral, o simplemente no se adaptan a las nuevas tecnologías. Otros son más de la acción, van al lugar de los hechos y les gusta sentir esa adrenalina que ofrece el juicio oral.

Independientemente del tipo de abogado que seamos, sabemos que cada caso implica un nuevo desafío, y debemos estar dispuestos a asumirlo con responsabilidad. Esta nueva experiencia nos exige leer mucho, actualizarnos, analizar todo lo que se haya dicho sobre el área en cuestión; pero también debemos saber presentar y defender nuestro caso en todas las etapas del proceso.

Me pareció entonces oportuno compartir algunas consideraciones para que puedas usarla al momento de preparar tu caso. Recuerda que todo litigante debe conocer los riesgos al momento de llevar un caso, para disminuirlos, reorientarse y litigar conforme a los valores que intenta rescatar.

La clave está en que cada litigante desarrolle su propia esencia y marque su diferencia.

Clave 1: Fidelidad

Recordemos la importancia de trabajar estratégicamente bajo el esquema que nos ofrece una teoría del caso. Allí explicamos los contenidos, los requisitos que debe poseer pero principalmente cuál es su verdadera finalidad. Este esquema debe indicarnos el camino, debe colocarnos en el punto de partida y conducirnos hasta el final.

Muchas veces cuando asumimos un caso, no sabemos exactamente a qué nos estamos enfrentando y con qué nos estamos comprometiendo. Otras oportunidades se nos presentan imprevistos o descubrimos que las cosas pueden salirnos mal, y comenzamos a perder confianza en ese plan que con tanto esfuerzo habíamos trazado.

A veces también puede pasar que el juicio transita por niveles no previstos, se nos va de control y no sabemos cómo explicárselo a nuestro asistido. Peor aún si estamos en una audiencia oral nos podemos ver tentados a cambiar el rumbo, salirnos del plan y abandonar nuestra tesis. Esto se convierte en un gran error que se paga con la incertidumbre y la falta de credibilidad.

En este caso la recomendación que puedo ofrecerle es que sea fiel a su plan. Usted sabe mejor que nadie porque seleccionó una norma jurídica, porque convocó a determinado testigo, porque está convencido de que aquí la teoría jurídica favorece la parte que representa. Usted litigante cree que es justo. Céntrese en este trabajo previo para mantenerse en el camino cuando las cosas salgan mal.

Recuerde cuáles son los valores que su lema refleja y no desvíe su atención. Céntrese en sus objetivos y podrá sortear airosamente cualquier dificultad.

Clave 2: Inspirar y sostener la credibilidad

El litigante en la audiencia oral deberá ser él mismo su propia carta de presentación. Además de ser representante del cliente, representará a la justicia, por lo tanto, debe dar esa imagen de responsabilidad que toda persona necesita encontrar en un abogado cuando se encuentra en apuros.

Pero no basta con parecer, sino que hay que ser aquello que se proyecta. De lo contrario se afectará su propia credibilidad, y peor aún, el caso que representa. Sabiendo esto, el litigante debe cumplir altos estándares morales, éticos. Reflejar los valores que proclama para la solución de su caso. Y esta exigencia no es en abstracto, sino también en concreto.

Cuando haga su primera aparición en el juicio debe inspirar esa credibilidad a la que insistentemente hará mención. Pero más noble aún será cuando la sostenga al hacer el alegato final. Ud. podría recordar cuáles fueron los motivos para demandar o las defensas que interpuso para luego recorrer cuáles han sido las pruebas que robustecieron esa petición.

Lo mismo cuando se refiera a su adversario, recuerde que él también es abogado y que está cumpliendo un rol, no lo tome como algo personal. Evite ser descortés o agresivo, eso en lugar de sumar perjudica y daña su credibilidad. Un grave error es generar falsas expectativas en las personas, entonces mejor no lo haga para no dañar la reputación que tantos años le ha costado construir.

Clave 3: Confíe en usted

Puede suceder que el abogado se enfrente con un litigante realmente audaz, locuaz, y persuasivo. Si usted está en una etapa previa al juicio o transitando alguna audiencia preliminar, lo ideal es que sepa quien va a ser su adversario, llegada la etapa probatoria oral. Su estrategia también debe contemplar con quien se va a enfrentar y las posibilidades que tenga de ganar.

Esto obliga al litigante a analizar objetivamente todas sus posibilidades, que incluyen sus fortalezas y debilidades profesionales pero también las del abogado contrario. Recuerde, con estos comentarios no trato de infundirle temor, simplemente le ofrezco una mirada hacia los futuros desafíos que deberá sortear para que sea usted quien decida la conveniencia o no de avanzar a otro nivel.

El error común que cometen los abogados es ir a juicio sin haber ponderado estos elementos y a veces son ellos mismos quienes abandonan sus pretensiones, por temor, falta de argumento o porque el propio adversario los ha convencido. He visto cómo muchos abogados ceden en sus objetivos y desilusionan a sus propios clientes. Estos abogados se desviaron de sus tesis, no prepararon bien los argumentos legales, no estudiaron la ley, no se actualizaron o simplemente prefieren desistir para no exponerse oralmente frente al otro que consideran superior.

La recomendación que puedo hacerle es que cuando se sienta tentado, sea cual sea la causa que lo motive a retroceder, recuerde que usted ha asumido un compromiso y que debe ejecutarlo. Que está representando intereses ajenos y que por lo tanto no puede abandonar los derechos que le han confiado.

Si usted ha decidido llegar a juicio oral debe sostener y desplegar su habilidad. Y prepárese, estudie todo aquello en lo que se sienta inseguro. Esté dispuesto a avanzar al próximo nivel.

Clave 4: Remítase a las pruebas

Al ofrecer el alegato final, el litigante deberá hacer un recorrido extensivo sobre toda la prueba rendida en el juicio y darle una significación. Es decir, deberá darle el sentido que coincida con su tesis. A veces esa valoración incluye hacer mención de la parte que está representando.

El litigante sabrá mucho más de lo que se produjo en el juicio, producto a la investigación que realizó, las reuniones que tuvo con su asistido, la entrevista hecha a los testigos, la percepción que el mismo tiene del accidente.

Entonces, puede que se produzca una confusión entre ambos aspectos, lo producido en el juicio y lo que consta en la memoria del litigando. Este aspecto puede ser de gran riesgo para el litigante al momento de alegar. Ya que si no se ha preparado bien puede ser que se vea tentado a improvisar, a hacer mención de datos que no se llevaron al juicio o de pruebas que no han sido admitidas, o de cuestiones que no guardan relación con su tesis inicial. 

Para evitar estos riesgos lo ideal es centrarse en las pruebas que sí se han producido, en lo que sí relataron los testigos, en las emociones que estos han expresado. Refiérase a las pruebas y evitará cometer estos errores y tantos otros que se le pudieran presentar.

Clave 5: Remítase a los hechos

A veces los juicios se desarrollan con escasa calidad probatoria, y los abogados se ven tentados a hacer consideraciones subjetivas sobre las partes, sobre sus abogados, sobre los hechos y sobre la ley o a adaptar los hechos a su pura conveniencia. Es un error sacar conclusiones personales que no han sido demostradas.

Entonces cuando usted recurra a esta tentación, recuerde que son los hechos los que fortalecen la visión que está proponiendo, porque usted hablará con la verdad acerca de lo que pasó. Cuando usted se remite a hechos probados nadie puede contradecirlo. Entonces concéntrese en los hechos y no en su opinión.

Clave 6: diga la verdad

Litigar a través del sistema de audiencias orales, compromete en gran medida las emociones del abogado. A veces el deseo de ganar puede corromperlo llevándolo a hacer afirmaciones basadas en hechos falsos o inventados, o a poner un manto de sospecha sobre lo que todos los presentes han visto durante el juicio.

Dice que el testigo ha mentido pero no se arriesga a pedir la certificación de la prueba  o la detención del mismo en la audiencia. Esto son sólo ejemplos de lo que puede dañar su reputación. Lo importante es que cuando se sienta tentado a hablar de esta manera, usted lo pueda evitar a tiempo y decir la verdad. Mi recomendación es que no mienta aunque crea que eso podría ayudarle.

Clave 7: Mantenga la calma

Toda causa genera emociones y sentimientos. Muchas veces esos sentimientos son positivos a favor de la parte que representamos y negativos hacia la contraria; otras veces serán contradictorios.

Lo importante es que reconozca a tiempo la sensación de ira, miedo o dolor que la causa le genere para anticiparse y hacer todo lo posible a efectos de evitar cualquier desborde en el juicio que le impida hacer un buen trabajo.

Otras tantas veces el litigante puede sentirse agotado y se quiebra, se le hace un nudo en la garganta que le impide continuar. Otras, tiene ganas de gritarle al juez o al testigo cuando las cosas no salen como deben o como lo esperaba.

Dejarse llevar por esos impulsos es un error muy humano pero que el litigante no se puede permitir. Usted debe estar todo el tiempo bajo control. Controlar sus emociones no implica que no deba expresarlas, un recurso muy útil que puedo ofrecerle es que cuando se sienta mal, sea cual sea la razón, se anime a manifestarlo. Ponga en palabras la sensación de enojo y que es lo que la causa. Explíquele al juez que la injusticia del caso es lo que lo altera.

O en su alegato permítase expresar lo que usted mismo sintió cuando conoció a su asistido y escuchó de sus palabras todo lo que había sufrido producto de la mala praxis cometida por el demandado, por ejemplo. La visceralidad es lo que ud debe evitar, pero hacer referencia a sentimientos es útil si ud lo comunica correctamente.

Y si esto no funciona y siente que no puede controlarse, pida un receso breve para tomar algún café, despejarse y volver a la carga.

La lucha que se da en una audiencia tiene estas consecuencias, nos generan pasión, emociones y miedos. Pero si lo sabe de antemano estoy segura que podrá encontrar la manera de mantenerse controlado y finalmente salir adelante.